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Arquitectos: Lagula Arquitectes
- Área: 450 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Adrià Goula
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se asienta en un solar estrecho, donde las vistas a golf y al bosque se orientan en sentido contrario a la lógica solar. La mínima distancia a los vecinos, fruto de las normativas locales, compromete la privacidad del solar y la posible integración naturalizada del proyecto. Probablemente, la belleza de los solares complejos reside en su capacidad para generar conflictos suficientes para hacer imprescindible la arquitectura.
En consecuencia, la casa puedes ser descrita mediante dos operaciones simples, centradas en dar respuesta a las especificidades del solar. La primera pretende obtener las mejores vistas, orientación y privacidad. Para ello, el volumen es creciente desde el nivel de la calle, con una altura mínima de garaje, hasta las dos plantas frente a los restos del bosque renaturalizado.
El inacabado resultado de la villa Madama de Raphael nos muestra la capacidad de la geometría como herramienta orgánica de la arquitectura. Así, la segunda operación fundamental del proyecto busca proveer de sol, vistas lejanas y privacidad mediante la substracción de una serie de superficies curvas sobre el volumen en cuña resultante del primer proceso. Cada una de las sustracciones busca un objetivo claro, y opera libremente sobre el volumen, alterando las condiciones locales del espacio. Incluso podríamos redactar una lista de objetivos para cada uno de los nuevos vacíos. Éste produce el espacio de acceso, aquellos proveen de luz a la cocina, aquel otro se abre a las vistas lejanas y al sol de tarde. Algunos, menores o secundarios, contribuyen mediante pequeños efectos fenomenológicos a las cualidades del interior, porches, o espacios intermedios de la casa.
Ambas operativas tienen eco en los sistemas estructurales y constructivos del proyecto. El horadado volumen principal se sostiene mediante dos tipos de estructuras. Una parte son relevantes en la construcción del volumen, otras, secundarias, son casi muletillas o parte del mobiliario, livianas para vivir en el mundo de la carpintería, hasta el punto de sentirse móviles.
Como en tantas casas privadas, parte de los materiales y acabados reflejan la visión del cliente acerca de “cómo ha de ser una casa”. Otros se han de adaptar a sus afectos personales, añadiendo una serie de nuevas naturalezas a la paleta usualmente trabajada por sus arquitectos De ello deriva una substancia absolutamente específica. Como decía un viejo maestro “todos mis estudiantes son únicos y especiales para mí, como los copos de nieve”.